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¿Cómo afecta el azúcar a nuestros dientes?

El azúcar es uno de los desestabilizadores más peligrosos que hay en la salud en general, pero cuando se trata del cuidado de nuestra boca, toma una especial relevancia en nuestros dientes y en todos los procesos asociados a su cuidado.

Una buena dentadura necesita de un pH equilibrado, especialmente sensible a los diferentes tipos de azúcar, ya que no solo caramelos y dulces son portadores de estos indeseados elementos que ayudaran a las bacterias a prosperar, sinos que también se dan en otros elementos menos evidentes como determinadas frutas o por un exceso de hidratos de carbono en la alimentación.

¿Cómo asegurarnos una buena salud bucal?

El cuidado de nuestra boca implica cosas obvias como la conservación de nuestros dientes, pero también otras importantes como la mordida. Se sabe que las sociedades que tienen una buena alimentación desarrollan adecuadamente la mandíbula y la mordida, lo que repercute en la espalda y en una salud vertebral correcta. De ahí que sea tan importante una buena ortodoncia para que todo vaya bien a lo largo de nuestra vida. Morder bien nos ayuda en la masticación, que es fundamental para una buena digestión. No olvidemos que nuestro estómago es el segundo cerebro y de él depende nuestro sistema inmunitario y el desarrollo de enfermedades autoinmunes o de desequilibrios en el metabolismo.

Evitemos la acidificación del cuerpo

Los dientes son los primeros en hacer una toma de contacto con el azúcar. Especialmente dañino es el azúcar blanco, pues ataca directamente el esmalte de los dientes, primera barrera a las bacterias que pueden minar su dureza. Como ya hemos visto, este es solo el primer paso, pero importante, porque una mala higiene nos puede suponer perder piezas dentales y con ello una peor masticación que afectara a nuestro cuerpo. Los niños y sobre todo aquellos que están corrigiendo sus problemas de mordida deben tener especial cuidado con los dulces, pues supone una tentación continua y no llegan a comprender la magnitud de las consecuencias a futuro y es la época en que los tratamientos de ortodoncia son más decisivos para su desarrollo.

Si añadimos una buena higiene, reducimos los dulces y entendemos un poco más la importancia de una buena dentadura más allá de la estética, estaremos apostando por un cuerpo más sano y una vida más saludable de adultos, ahorrándonos muchos disgustos y mucho dinero.

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