
Cómo corregir los malos hábitos bucales en niños desde los 2 años de edad
En muchas ocasiones se asocia la necesidad de una ortodoncia a cuestiones sujetas casi siempre a algo hereditario, a algo que no podemos controlar y que nos ha tocado. Sin embargo, algunas de estas malposiciones o maloclusiones son consecuencia de algunos malos hábitos involuntarios que tenemos durante la infancia. Algunos de estos hábitos, que más adelante os detallaremos, suelen tener como consecuencia un resultado perjudicial en los dientes, los maxilares, encías, tejidos blandos de la boca y mucho más. La mejor manera de tratar estos problemas es evitando que ocurran o vayan a más y esto debe hacerse desde la infancia. En este post te contaremos cuáles son, cómo debemos evitarlos desde edades tiernas y por qué.
Malos hábitos
Son muchísimos los malos hábitos que adquirimos desde pequeños y es un deber de los padres vigilar y deshacerse de estos malos hábitos que pueden tener consecuencias indeseadas. Algunos de estos malos hábitos tienen origen en la actitud o comportamiento del niño, pero muchos otros hábitos vienen impuestos, equívocamente, por los padres, que no son totalmente conscientes de las consecuencias a largo plazo. La deglución atípica es uno de los problemas más habituales de los niños y ocurre cuando el niño coloca, de forma inadecuada, la lengua a la hora de tragar los alimentos.
¿Qué pueden generar?
A largo plazo, a causa de este hábito los incisivos superiores se desplazan hacia delante provocando la típica mordida abierta de la que ya hemos hablado en otros posts. Sin embargo, en este caso, la mordida abierta se produce solo en los incisivos. Este hábito se instaura en los niños desde bebés, cuando succionan leche y colocan la lengua en las encías. Si este hábito persiste a lo largo de los primeros años, el niño acabará con la mordida abierta. Aunque este hábito es un poco difícil de corregir tiene solución, que es la colocación de una reja lingual a partir de los 6 años, un aparato que impide adelantar la lengua a la hora de tragar los alimentos. De esta manera los niños colocarán correctamente la lengua, en el paladar, a la hora de tragar los alimentos.
La respiración oral es otro de los problemas que puede traer una gran cantidad de problemas bucodentales a los niños. Cuando los niños respiran por la boca pueden ocurrir varias cosas. Lo más importante es que los niños, cuando respiran por la boca pueden sufrir una falta de oxígeno mientras duermen, algo parecido a la apnea del sueño (incluso pueden sufrir apnea del sueño). Cuando los niños no reciben el suficiente oxígeno mientras duermen, no descansan correctamente, lo cual traerá un mal rendimiento a diario.
Otro gran problema provocado por la respiración oral es la proliferación de bacterias, que tienen vía libre en la boca. La proliferación de bacterias provocará el mal aliento, las caries e infecciones en los dientes y enfermedades de las encías. Cuando respiramos por la boca, a largo plazo no se estimulan los huesos y músculos correctamente, por lo que, la estructura facial se verá afectada, así como la posición de los dientes.