Ortodoncia interceptiva en niños
La ortodoncia interceptiva es un tratamiento que se aplica a los niños para corregir algunas malposiciones de los maxilares. Se trata de un tratamiento que, si se realiza de forma temprana, puede corregir muchos problemas que más tarde pueden empeorar la salud bucal. La ortodoncia interceptiva también es una buena forma de prevenir malposiciones en los dientes de los niños, es decir, controlar el crecimiento de los dientes de los niños siempre y cuando sea necesario hacerlo. En este post te hablaremos sobre las ventajas de poner ortodoncia interceptiva a los niños, las distintas fases por las que los pacientes pasan durante el tratamiento y la duración del mismo.
Beneficios de la ortodoncia interceptiva
A la hora de colocar la ortodoncia interceptiva conseguiremos un mejor crecimiento de los dientes temporales y una mejor erupción de los dientes definitivos. Los niños, en muchas ocasiones adoptan unos hábitos que no siempre son buenos para su salud maxilar. Algunos de estos malos hábitos son chuparse el dedo o empujar los dientes con la lengua. Gracias a la ortodoncia interceptiva podemos evitar que los dientes crezcan mal o adopten una mala posición. La ortodoncia interceptiva, por lo tanto, es el tratamiento ideal para corregir problemas como la mordida abierta, la mordida cruzada o la sobremordida.
Otra ventaja de la ortodoncia interceptiva es que podemos corregir el crecimiento incorrecto de la mandíbula y el maxilar. Cuando los dientes empiezan a erupcionar, podemos evitar otros problemas muchos más graves en los dientes definitivos. Al mejorar la posición de los dientes, también podremos mejorar la estética de la sonrisa del niño. Por último, la ortodoncia interceptiva resulta un tratamiento mucho menos invasivo, ya que ayudamos a mover los dientes cuando están aún en crecimiento. De lo contrario, el tratamiento para estas malposiciones sería mucho más invasivo si los dientes ya han crecido y se han colocado.
Fases del tratamiento
La primera fase comienza con el tratamiento cuando el niño aún tiene los dientes de leche. Gracias a este tratamiento podemos ayudar a que el niño mastique mejor y no le afecten los malos hábitos. En esta fase también evitamos que otros problemas mayores se desarrollen. Otra ventaja de la ortodoncia interceptiva en la primera fase es que ayudaremos a que la mandíbula y el maxilar crezcan mejor. Es muy importante que la mandíbula y el maxilar se desarrollen correctamente para una mordida correcta.
La segunda fase se realiza cuando los dientes definitivos del niño aún están creciendo. Este tratamiento se aplica para evitar un mal crecimiento de los dientes. De esta forma mejoramos la mordida y la estética de los dientes. Por lo tanto, se trata de una fase en la que controlamos el crecimiento definitivo de los dientes, para mejorar la posición de los mismos. Una pregunta que se suelen hacer las personas es la duración de este tratamiento y esto depende de cada fase. En la primera fase lo habitual es que la ortodoncia sea para un año o un año y medio. En la segunda fase la duración es de un año y medio a dos años y medio.