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Protrusión dental: qué es y cómo tratarlo

La protrusión dental es la posición y la alineación incorrectas de las piezas dentales y esta ocurre en las piezas dentales de arriba y abajo cuando el maxilar se desarrolla en exceso. Esta patología, llamada también “dientes de conejo” se describe por un “abanicamiento” de los dientes incisivos superiores que no encajan correctamente con los inferiores, quedándose estos muy atrás. Esto provoca que el paciente no sea capaz de cerrar los labios por completo, ya que, los incisivos, posicionados tan hacia delante, lo impiden. A continuación, veremos las causas por las que las personas padecen protrusión, cómo podemos evitar que esta ocurra y qué tratamientos se pueden realizar para alinear los dientes correctamente.

¿Qué factores provocan la protrusión dental?

La causa más común por la que ocurre la protrusión dental es simplemente por herencia, cuando el paciente nace con una maloclusión del tipo II del hueso maxilar. Por cuestiones genéticas, el paciente nace con el hueso maxilar superior hacia fuera respecto al maxilar inferior y esto hace que los dientes, al cerrar la boca, no encajen correctamente. Es posible que la maloclusión II pueda hacer que los dientes se sobresalgan hasta un centímetro, no obstante, también es posible que la mandíbula esté un poco más hacia atrás. La deglución atípica, es decir, el paciente empuja los dientes superiores con la lengua, es otra de las razones por las que aparece la protrusión dental.

La segunda causa más frecuente es cuando los niños se chupan el dedo y hacen presión en la parte superior de la boca, empujando los dientes superiores hacia fuera. Con el tiempo, esta presión hace que los dientes del maxilar superior se muevan hacia delante. Otra causa de la protrusión es morderse las uñas, puesto que, esta presión puede provocar que los dientes superiores se muevan hacia fuera. Morderse los labios también puede hacer que los dientes superiores sobresalgan.

Consecuencias de la protrusión y tratamiento

La protrusión dental impide a los pacientes cerrar la boca correctamente y esto, además de afectar a su autoestima, también puede provocar otros problemas de salud de cierta gravedad. La aparición de las caries es la más habitual y ocurre porque si no cerramos la boca las bacterias entran. A causa de no cerrar la boca, también pueden inflamarse las encías. Además, si vivimos con los dientes hacia fuera, es más probable que suframos golpes o fracturas. Sin embargo, algo que nos puede afectar a diario y que pueda resultar una molestia constante es la masticación. Cuando los dientes no encajan es muy difícil masticar.

La protrusión dental tiene, como casi todo, un tratamiento y es la ortodoncia. Si realizamos este tratamiento desde jóvenes, mucho mejor, puesto que la boca aún no se ha desarrollado del todo y aún se puede influir en el crecimiento. Pero si la protrusión ocurre en adultos, también es posible corregirla. La ortodoncia metálica es el tratamiento más recomendable, aunque es posible que la ortodoncia invisible también haga su función. El tratamiento depende, obviamente, de la gravedad de cada caso.

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