
¿Qué es la cirugía ortognática?
La cirugía ortognática es una intervención quirúrgica que se realiza para corregir alteraciones en la posición de los huesos de la cara, especialmente el maxilar y la mandíbula. Se usa cuando el problema no puede resolverse solo con ortodoncia. En estos casos, el cirujano oral y maxilofacial mueve los huesos faciales para colocarlos en la posición correcta, mejorando la función masticatoria, la respiración, el habla y la armonía facial.
¿Qué problemas corrige esta cirugía?
La cirugía ortognática se emplea en personas con:
- Mordida cruzada, abierta o invertida
- Desviación del mentón
- Asimetría facial
- Mandíbula muy adelantada o muy retraída
- Problemas para masticar, tragar o hablar
- Apnea del sueño de origen estructural
También puede mejorar la autoestima de personas que se sienten acomplejadas por su perfil facial.
¿Es lo mismo que la ortodoncia?
No. El tratamiento de ortodoncia mueve los dientes. La cirugía ortognática mueve los huesos. En muchos casos se combinan ambos tratamientos. Primero se alinea la dentadura con ortodoncia, y luego se realiza la cirugía para ajustar los huesos a la nueva posición dental.
Sin cirugía, algunos movimientos no serían posibles, sobre todo en adultos con deformaciones esqueléticas marcadas.
¿Cómo es el proceso paso a paso?
- Estudio y planificación: El ortodoncista y el cirujano trabajan juntos. Se hacen fotos, radiografías 3D, escaneos y modelos digitales. Con toda esa información, se diseña un plan de tratamiento personalizado.
- Ortodoncia prequirúrgica: Antes de operar, el paciente lleva brackets o alineadores durante varios meses. Esta etapa alinea los dientes, no para mejorar la mordida, sino para preparar los huesos para la cirugía.
- Intervención quirúrgica: Se realiza en un hospital, con anestesia general. El cirujano corta y mueve los huesos faciales. Luego los fija con placas y tornillos. Todo se hace desde dentro de la boca, sin cicatrices externas.
- Recuperación: Durante las primeras semanas hay inflamación, dieta blanda y reposo. Poco a poco se recupera la movilidad. El seguimiento con el cirujano es clave.
- Ortodoncia postquirúrgica: Después de la cirugía, se continúa con ortodoncia para ajustar detalles. Esta fase dura entre 3 y 6 meses, según cada caso.
¿Cuánto dura la recuperación? ¿Provoca dolor?
La inflamación es intensa los primeros días, pero empieza a bajar en una semana. La mayoría de personas puede volver al trabajo o estudios en 2 a 4 semanas. La recuperación completa puede tardar entre 6 y 12 meses, aunque los cambios ya se notan desde el principio. No durante la operación, porque se hace con anestesia general. En los días siguientes puede haber molestias, pero se controlan con medicación. La mayoría de pacientes dicen que esperaban más dolor del que realmente sienten.
¿Qué beneficios tiene esta cirugía?
- Mejora la mordida y la masticación
- Corrige problemas respiratorios como la apnea
- Alivia dolores mandibulares o articulares
- Mejora el habla en algunos casos
- Transforma el aspecto facial y mejora la autoestima
Cualquier persona con un problema óseo en la mandíbula o el maxilar que no se pueda solucionar solo con ortodoncia. Es importante que el crecimiento óseo esté terminado, por eso no se hace en niños. También se necesita un buen estado general de salud y compromiso con todo el proceso, que puede durar más de un año.
¿Hay riesgos o complicaciones?
Como toda cirugía, tiene riesgos. Los más comunes son:
- Inflamación
- Molestias temporales
- Pérdida temporal de sensibilidad en labios o mejillas
Las complicaciones graves son raras, y la tasa de éxito es muy alta cuando se realiza por un equipo experimentado.
¿Qué cambia en el rostro tras la cirugía y cómo saber si lo necesito?
Depende del caso. En algunas personas, el cambio es sutil pero funcional. En otras, el cambio estético es importante. El perfil, el mentón y la sonrisa se ven más proporcionados. El rostro no se deforma. Se armoniza, respetando siempre las características naturales del paciente.
Solo un ortodoncista especializado puede valorar tu caso. Si tienes problemas al masticar, respirar, hablar o notas que tu mandíbula está desalineada, es buena idea consultar. Una evaluación profesional puede detectar problemas que pasan desapercibidos, pero que pueden afectar a tu calidad de vida.