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Cuidado de los retenedores

La ortodoncia supone, hoy en día, una inversión bastante importante y notoria, además de una inversión considerable de tiempo. Por ese motivo, los pacientes que han hecho el tratamiento de brackets, ortodoncia invisible, Invisalign o cualquier otro tratamiento saben el compromiso que deben mantener con su higiene bucodental y el cuidado que deben tener a largo plazo para evitar tener que volver a hacerse el tratamiento.

La mayoría de las personas que realizan el tratamiento de ortodoncia tienen el pensamiento de que tras quitarse la ortodoncia ya es el final del proceso y que los resultados que han conseguido van a durarles toda la vida. Sin embargo, el tratamiento de ortodoncia supone un proceso 7 fases y una de ellas, la más importante, es la retención. La retención es la etapa final de la ortodoncia en la que colocamos unos retenedores para mantener los resultados que hemos conseguido.

Tipos de retenedores

Los retenedores pueden ser tanto fijos como de “quita y pon”. Los retenedores fijos son aquellos que se colocan en la parte trasera de los dientes, en la parte en la que la lengua toca los dientes. Tras haber retirado la ortodoncia nuestros profesionales te colocarán estos retenedores el mismo día, para evitar que los dientes realicen movimientos. Aunque para algunas personas los retenedores son temporales, hay personas que tendrán que mantenerlos toda la vida. Los retenedores removibles consisten en unas férulas transparentes que utilizamos de forma regresiva. Es decir, al principio lo usaremos todo el día hasta llegar a utilizarlos solo por la noche.

Los retenedores tienen un cuidado y una limpieza diferente según el tipo que sean, pero en cualquier caso la higiene es esencial. Los retenedores fijos los podremos limpiar cepillándonos los dientes como hacemos habitualmente, pero los removibles tendremos que lavarlos cuando los retiramos. Las férulas retenedoras no requieren un cepillado como tal, ya que nos los quitaremos para comer, pero sí que necesitaremos limpiar la saliva y el sarro que puede acumularse.

Cuidado de los retenedores

La limpieza, por lo tanto, es fundamental para evitar que los retenedores se estropeen o generen malos olores. Así mismo tendremos que tener cuidado también con la manipulación de los retenedores, ya que no podemos retirarlos siempre por el mismo lado, para que no se desgaste ese lado y se rompa. Es importante ir alternando el lado por el cual lo hacemos. Otro error muy común que comenten los pacientes al usar los retenedores es no guardarlos en su caja que se les ha facilitado para ello. Si no tenemos la cajita a mano y guardamos los retenedores en una servilleta, es muy probable que los perdamos.

Otro consejo que te damos es que a la hora de morder tengas cuidado con los incisivos, a la hora de comer alimentos duros, ya que el retenedor fijo se puede romper. Esto puede ocurrir cuando le damos un mordisco a un bocadillo (por ejemplo) y tras morder tiramos de él. En este caso los retenedores más cercanos pueden romperse, aunque no es lo más habitual. En cuanto al retenedor tipo férula, es muy importante que te lo quites cuando tengas que comer.

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